Lonley Nights

“I know who i am. And after all this years there is a victory in that.” Poco a poco me he ido dando cuenta de mi mayor miedo. Llegó un momento en mi vida, y no fue hace demasiado, en el que dejé de vivir por vivir y comencé a plantearme diferentes aspectos de la vida, a querer cambiar cosas, a mejorar, a no dejarme llevar por la corriente… Ese miedo del que hablaba, es el miedo a la soledad . El hecho de imaginarme como un adulto solitario sin personas importantes a mi alrededor, me aterra. Ojo, no digo que la soledad sea necesariamente mala pues soy consciente de lo felices que son muchas personas en esas circunstancias. Por eso las admiro y las respeto tanto. Yo no sé estar solo. Obviamente tengo momentos en los que me evado del mundo porque necesito estar conmigo mismo. Simplemente yo flotando en el universo. Pero más allá de eso, considero muy importante el compartir momentos, ideas, cosas… con las personas que son importantes para mí. Si no es así, es cuando me siento s

Desde siempre me ha gustado observar los edificios, especialmente cuando es de noche. Esta curiosidad cobró especial relevancia durante mi viaje por Centroeuropa. Recuerdo que estando en Ámsterdam me llamó la atención que apenas usasen cortinas en las ventanas de las casas, por lo que podía ver todo el interior. Y eso me fascinaba. Ahora, siempre que viajo dedico unos momentos a los edificios de las ciudades. Se ha convertido en una especie de manía. Esas luces encendidas representan el hogar que han construido las personas que viven en ellas. Las observo y me pregunto qué historia habrá detrás de cada una de ellas. ¿Serán felices? ¿Cómo será su día a día? Desde fuera me fijo en los pocos detalles que se pueden apreciar a través de las ventanas; una lámpara, unas cortinas, una sombra que se mueve… Y me imagino la escena que estará teniendo lugar en cada una de ellas, como si se tratase de un micro teatro. Como si fuesen un conjunto de obras representándose al unísono esperando se

Hey, just seeing how you are doing. I just wanted to say I miss you I guess. And I’m sorry. Call me back. Bye. Llevo tiempo intentando expresar el significado que tienen estas palabras para mí. Y aún no lo he encontrado. Hacía mucho que algo tan simple no me llamaba tanto la atención. Esas palabras tan sencillas llevan tanto detrás... Todos hemos pasado por rupturas más o menos complicadas. Nos han marcado de un modo u otro haciéndonos ver el mundo de un modo diferente. Son estos nuevos puntos de vista los que nos hacen ser más conscientes de nuestro entorno (o de serlo a otros niveles que antes no contemplábamos) y nos hacen mejorar como personas. Siempre he pensado que un punto de vista un tanto derrotista nos hace ser más pragmáticos. Nos hace ver el mundo sin los filtros habituales de la familia, los amigos, las películas que vemos o los libros que leemos. Porque nos damos cuenta que no vamos a tener la vida ideal que nos pintan, no vamos a flipar con nuestro tr

Tengo especialmente grabado en la memoria el primer día que fui a una biblioteca. María, la chica que nos cuidaba a mi hermana y a mí en verano nos llevo allí. No sé cuál sería el motivo. Yo no tenía especial interés pero fui porque María me gustaba y así podría pasar más tiempo con ella. Ignorante de mí... Uno de tantos amores platónicos de la niñez. Al llegar a la biblioteca fuimos a la sección infantil. María me enseñó unos pequeños libros que recuerdo perfectamente: páginas gruesas, con transparencias y desplegables que mostraban la vida de caballeros medievales, animales peligrosos, el interior de un cohete espacial, etc. Me quedé fascinado y en ese momento surgió el interés que actualmente pervive en mí por la historia. Estuve mirando todos esos libros durante lo que debió ser mucho tiempo. De hecho, no recuerdo qué hicieron María y mi hermana hasta el momento de tener que marcharnos. Y por supuesto, yo no quería irme. Me enfadé y lloré. Viendo la situación, María me hizo una

Esta es una de esas raras historias que carecen de sentido y enseñanza. No hay moraleja pero si la buscas, puedes encontrarla. Una niña nació y el mundo tembló. Nació con una hermosa sonrisa y con la sensación de que el mundo estaba loco. Por lo tanto, todo el mundo pensaba que ella estaba loca. Muchas veces no se tiene en cuenta que las mejores personas lo están. Viven realidades diferentes y, si les prestas atención, podrás conocer y ser conocido. Pero hay gente que no puede entender que haya personas que piensen de forma diferente. Así que el mundo fue apagando la sonrisa de la niña. Y el mundo se quedó sin luz. La niña creyó que ella era la que estaba loca y se perdió en el mundo. Intentaba sentirse como los demás pero, por muchas cosas que probó, nunca logró encajar. No sabía que rumbo tomar, pues no sabía dónde quería ir. Siguió caminando y caminando… Siempre con dudas, siempre acompañada de sombras. Sin embargo, siempre se llega a

"Si estás leyendo esto, el aviso va dirigido a ti. Cada palabra que leas de esta letra pequeña inútil, es un segundo menos de vida para ti. ¿No tienes otras cosas que hacer? ¿Tu vida esta tan vacía que no se te ocurre otra forma de pasar estos momentos? ¿O te impresiona tanto la autoridad que concedes crédito y respeto a todos los que dicen ostentarla? ¿Lees todo lo que te dicen que leas? ¿Piensas todo lo que te dicen que pienses? ¿Compras todo lo que te dicen que necesitas? Sal de tu casa. Busca a alguien del sexo opuesto. Basta ya de tantas compras y masturbaciones. Deja tu trabajo. Empieza a luchar. Demuestra que estas vivo. Si no reivindicas tu humanidad te convertirás en una estadística. Estas avisado..." Tayler.

Te lo debo. Hace casi un año que te perdí. Llevo mucho tiempo queriéndote hacer este pequeño homenaje, este recuerdo a tu memoria, pero nunca encontraba el ánimo o las palabras adecuadas. Supongo que hoy tampoco serán las mejores palabras pero no veo mejor forma de comenzar este proyecto que contigo. Es tremendamente complicado expresar con palabras lo que supusiste para mí. Desde la primera noche que pasamos juntos (recuerdo el miedo que tenía a que se me pegasen todas aquellas pulgas que llevabas encima), hasta tu último momento en este mundo. Nunca se me olvidará tu mirada. Esa mirada que demostraba la confianza ciega que tenías en mí. Tu inocencia allí, mientras te dormían. Me mirabas como preguntándome: “¿por qué me están entrando estas ganas de dormir? ¿Es esto normal? Tú estás conmigo, así que no me voy a preocupar porque cuando vuelva a abrir los ojos estarás ahí.” Pero no. No los volverías a abrir. Te pido perdón. Siento que traicioné esa confianza, ese víncul