Miedo


“I know who i am. And after all this years there is a victory in that.”

Poco a poco me he ido dando cuenta de mi mayor miedo. Llegó un momento en mi vida, y no fue hace demasiado, en el que dejé de vivir por vivir y comencé a plantearme diferentes aspectos de la vida, a querer cambiar cosas, a mejorar, a no dejarme llevar por la corriente…

Ese miedo del que hablaba, es el miedo a la soledad. El hecho de imaginarme como un adulto solitario sin personas importantes a mi alrededor, me aterra. Ojo, no digo que la soledad sea necesariamente mala pues soy consciente de lo felices que son muchas personas en esas circunstancias. Por eso las admiro y las respeto tanto.

Yo no sé estar solo. Obviamente tengo momentos en los que me evado del mundo porque necesito estar conmigo mismo. Simplemente yo flotando en el universo. Pero más allá de eso, considero muy importante el compartir momentos, ideas, cosas… con las personas que son importantes para mí. Si no es así, es cuando me siento solo.

Afortunadamente tengo unos amigos increíbles (un puñado inmejorable) y una familia que siempre ha estado a mi lado, por lo que realmente nunca he sabido lo que es la auténtica soledad. Quizás sea ahora el momento en el que más solo me siento desde hace muchos años y de ahí que me asalten estas dudas.

Sé que tengo que aprender a estar solo. Y estoy en ello. Contento, a pesar de que hay momentos que se hacen más duros. Creo que es un camino largo que todos deberíamos recorrer en algún momento de nuestras vidas.

“Si quieres ser fuerte, aprende a disfrutar estando solo”

En la sociedad actual se busca con empeño la aprobación de los demás, gustar a los demás… Proliferan multitud de estudios que hablan de una sociedad individualista y del elevado número de personas que se sienten solas en el mundo. ¿No creéis que puede deberse a que no han (hemos) aprendido a estar solos y a aceptarnos tal y como somos?

Comentarios

  1. Ya lo decía Aristóteles: “el hombre es un animal social”.

    La soledad esta asociada al vacío y la tristeza, causa temor y desesperación sobre todo cuando ha sido postergada durante un largo periodo de tiempo.

    Es importante no confundir la soledad con el aislamiento. Aislarse es un modo de evitar la soledad. La soledad no excluye necesariamente al otro, como ocurre cuando uno se aísla de los demás.

    Podemos aislarnos de muchas maneras, sin que haya la mínima realización de soledad. Por lo tanto, no es lo mismo “estar solo” que “sentirse solo”. Al igual que tener muchos amigos significa no estar solo.

    Lo que cuenta en todo esto es la intensidad y satisfacción en la realización con los demás. La dificultad para estar solo, tanto como las dificultades para relacionarse con otras personas, forma parte de los aspectos centrales de la soledad.

    Todos en algún momento de la vida hemos transitado por el camino de la soledad, una experiencia de desarrollo personal que nos abre las puertas al despertar interior desconocido. Algunas personas están convencidas de que la soledad es mucho mejor que el hecho de sentirse mal acompañado.

    Nos hemos convertido en seres dependientes. Sentimos vacío cuando no tenemos pareja, nos sumimos en depresiones y nos entra el terrible hambre de compañía.


    El miedo a la soledad es superable. Yo era de esas personas que dormía con la luz encendida. Para quien un fin de semana sin planes era un verdadero desastre. Consideraba que estar sin pareja era una catástrofe.

    Con el tiempo y distintas técnicas de crecimiento personal y meditación no sólo he superado el miedo a la soledad, sino que he pasado al extremo contrario: mudarme sola al extranjero, ir al cine, a restaurantes, viajar… Y la sensación de libertad es tan dulce, que uno se arrepiente de no haberlo hecho antes.

    La paradoja es que cuando te atreves a vivir tu vida de forma independiente y libre de miedos, es cuando más crece tu red con nuevas relaciones.

    Debemos ser conscientes de que durante toda nuestra vida, siempre habrá un elemento invariable: nosotros mismos. Eres tu pasado, presente y futuro. Eres tú el que siempre va a estar. Por eso, disfrutar de tu compañía debe ser parte fundamental de tu vida.

    Aprender que cada hecho cotidiano está diseñado para ser disfrutado. Un desayuno en la cama, un concierto, la película que ningún amigo quiere ver, el viaje a Oporto o despertar la mañana de Reyes pueden ser momentos llenos de felicidad. No es necesario que haya nadie más a nuestro lado para verlo. Tú formas tus experiencias, tus vivencias, tú formas tu felicidad y las demás personas sólo pueden complementarla.

    Tienes todo cuanto necesitas para embarcarte en la aventura de la soledad. No necesitas brújula ni mochila. Simplemente aprende a escucharte y mirarte, a sonreírte y respetarte. De esta manera podrás llegar al puerto que tú quieras.

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    Respuestas
    1. Unas palabras tremendamente interesantes y llenas de sabiduría. Parece que ya has recorrido ese camino y has logrado alcanzar la meta de la que hablaba. Disfrutas de cada momento sin necesidad de depender de nadie. Muchas personas ni si quiera se plantean la posibilidad de aprender a disfrutar ellas solas. O de compartir lo que hacen o dejan de hacer. Es como si su felicidad dependiese de la cantidad de personas que ven lo que ellos hacen en vez de la propia vivencia en sí.

      No sé quien eres pero muchas gracias por compartir estas palabras. Sé que nunca es fácil y menos a un completo desconocido (a pesar del anonimato que nos proporciona internet, que facilita un poco las cosas jajaja).

      Espero seguir viéndote por aquí en futuras ocasiones.

      Un saludo. =)

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  2. Seguiré pasandome por aquí,tenlo claro.
    Me gustan tus reflexiones (aunque ojalá fueran más continúas)
    No hay q dar las gracias.
    El anonimato proporciona que leas tal cual las palabras sin ponerle nombre,ni cara,ni sexo a ellas y es de libre elección darle a la imaginación :)

    Espero tu próxima publicación.

    Un saludo ^^

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