The awakening
El acelerado ritmo de vida que llevamos y la continua conexión que tenemos a través de internet nos sumen en un letargo mental. Esta ocupación mental y permanente no deja lugar a que analicemos nuestros pensamientos o profundicemos en nuestras emociones y conductas. Pasamos a convertirnos en robots, contentos con nuestras insulsas vidas que no llevan a nada verdaderamente importante. Mientras, nos perdemos las experiencias y el conocimiento que verdaderamente vale la pena, la capacidad de pensar por nosotros mismos, de ver la realidad con nuestros ojos y no a través de los filtros que nos inculcaron cuando éramos pequeños y que asumíamos sin cuestionarlos. ¿Por qué? Porque tenemos miedo de lo que podemos ver cuando nos quitemos esa venda. Probablemente no nos guste lo que veamos, en lo que nos hemos convertido. Tan solo somos una copia de otra copia de un intento de ser humano. En cierto modo nos compensa seguir en ese letargo. O creer que nos compensa para poder ser una per