TEMPO


A pesar de ser un pensamiento recurrente y aunque pueda parecer obsesionado, la idea del tiempo como uno de los activos naturales más valiosos que tenemos no deja de rondar por mi cabeza. Una idea que se puede abordar desde muchas perspectivas. Esto no es más que una forma de intentar explicarla y conocer el punto de vista de otras personas al respecto. Como siempre que plasmo una idea, lo hago desde mi punto de vista y mis experiencias (vivencias que son limitadas y que se enriquecen gracias a las personas de mi alrededor, las cuales considero mucho más interesantes que yo).

Especifico la idea del tiempo como activo natural ya que pienso que está implícito en las cualidades innatas del ser humano: el tiempo y qué hacer con él. Los animales, por el contrario, disponen de tiempo pero no pueden emplearlo en actividades más allá de sus instintos o necesidades vitales. Nosotros podemos elegir satisfacer esas necesidades o abstraernos para realizar actividades que se alejan de la percepción básica del ser humano y nuestro entorno. Una especie de intento de iluminación viendo el universo como si no estuviésemos en él. Buscar un porqué.

Otros activos naturales son la salud, las relaciones sociales, etc. En el lado opuesto están los activos artificiales. Por sí mismos no tienen más valor que el que la sociedad les ha otorgado: dinero, status, bienes materiales…

El tiempo y su medición es, por tanto, una constante y la falta de él me produce cierta ansiedad. Todas las obligaciones y los pequeños quehaceres del día a día que van agotando ese tiempo del que dispongo e impiden que pueda desarrollar ese “intento de iluminación” o de encontrar respuestas esas preguntas que nacen de mi alma.

Sin embargo, hay personas que disponen de mucho más tiempo para realizar estas actividades debido a estilos de vida diferentes, profesiones, etc. Por poner un ejemplo, en la antigüedad los filósofos se dedicaban casi exclusivamente a responder a las grandes preguntas del momento. Escritores, artistas… cuyo objetivo es profundizar en estas ideas y cuestionar los pilares básicos de la sociedad. Estas personas pueden desarrollar formas de pensar muy complejas y son capaces de vivir experiencias distintas a las habituales. Conocen aspectos de la existencia de los que yo apenas he empezado a percatarme.

En la otra cara de la moneda están las experiencias que he vivido pero que este tipo de personas no. Es complicado poder estar en las dos caras de la moneda. Y la simple diferencia entre conocer y no conocer estas experiencias… ya hace que me atraigan, que quiera saber de ellas.


“Ya, claro. No hay tiempo. ¿Quién tiene tiempo? Sin embargo, si nunca nos tomamos tiempo ¿cuándo dispondremos de él?”

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